El antiguo Totonacapan tenía como límite norte el río Cazones, al sur el río Papaloapan, al oeste llegaba hasta Acatlán de Pérez en Oaxaca y al norte limitaba con la sierra de Puebla. Durante el Horizonte Preclásico o Remojadas Inferior, su población tuvo contacto con poblaciones de los valles de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México. A fines del Preclásico e inicios del Clásico, en la zona de río Blanco Papaloapan (de contacto olmeca) hubo fuertes movimientos de población hacia la costa y el centro de México; ésta participó en el proceso de formación de la cultura teotihuacana.
En el periodo Clásico Temprano o Remojadas Superior 1 aparece el barroquismo, en las formas y el empleo de moldes para la cerámica. El Horizonte Clásico o Remojadas Superior II (siglos VI-IX) es el periodo de mayor esplendor, su mayor exponente es el Tajín. Para fines del siglo IX, la cultura totonaca entra en decadencia.
En el Postclásico Temprano o Tolteca (900-1200) se generalizó la metalurgia; se incrementaron los intercambios con los pueblos del valle de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México, y se difundió el uso del calendario tolteca-mexicano.
En el periodo Postclásico Tardío o Histórico (1200 a 1521) los totonacos fueron dominados por la Triple Alianza, sujetos a fuertes tributos y a la represión de sus insurrecciones.
Con el fin de quitarse el yugo mexica, este grupo apoyó a los españoles en la conquista de México; pero ellos a cambio les impusieron una nueva religión y fuertes servicios. El contagio de enfermedades devastó en 90% a la población india.
Las autoridades totonacas pervivieron hasta mediados del siglo XVII, cuando los españoles dividieron sus jefaturas y constituyeron los llamados "pueblos de indios", para tener más control sobre ellos. Los siglos XVII y XVIII fueron de relativa tranquilidad para los totonacas, la escasez de metales en la zona y las dificultades para el acceso no la hacían atractiva para los españoles. Su relativo aislamiento les permitió reorganizar sus sistemas culturales en formas autónomas frente a la dominación española; a veces lograban negociaciones, a veces se enfrentaban al genocidio.
En el siglo XIX, los totonacas participaron en el movimiento independentista con su líder Serafín Olarte. En 1836-1838 Mariano Olarte, hijo de Serafín, encabezó una insurrección aliado con los federales, en contra de los centralistas. Bajo el gobierno de Santa Anna su territorio fue dividido, la franja costeña fue cedida a Veracruz, con lo cual el estado de Puebla perdió su salida al mar; los totonacas se separaron entre los de la costa y los de la Sierra. Durante el periodo republicano en la Sierra de Puebla se afianzó el Grupo de los Tres Juanes de la Sierra Norte de Puebla, liberales de importancia política en el ámbito regional, estatal y federal, que participaron en la Batalla del 5 de Mayo en Puebla, al frente de tropas indígenas nahuas y totonacas. Este grupo impulsó cambios en la educación, obras públicas, y un sistema de plazas comerciales mestizas. Su injerencia en la región significó la apertura de espacios para los mestizos, pues al mismo tiempo propiciaron el despojo de tierras a los indígenas debido a los "deslindes".
La Revolución mexicana coincidió con un debilitamiento del poder de los Juanes. Los indígenas se lanzaron a recuperar sus tierras; muchas comunidades lograron sus objetivos y expulsaron violentamente a los mestizos de ellas, pero en los años treinta los mestizos logran recuperar algunas tierras.
La industria petrolera establecida en la costa veracruzana a fines del siglo XIX, en su continua expansión, ha privado a muchos indígenas de sus tierras y no ha sido capaz de absorber la mano de obra desplazada.
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